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Últimamente, Abraar Karan, médico especialista en enfermedades infecciosas en la Universidad de Stanford, ha atendido a muchos pacientes con goteo nasal, fiebre e irritación en los ojos. Estos síntomas podrían ser señales de alergias, covid o un resfriado.
Y este año, existe una posibilidad más, la gripe aviar, pero la mayoría de los médicos no tienen forma de detectarla.
Médicos como Karan advierten que, si el gobierno no se prepara para que las pruebas para la gripe aviar H5N1 estén más disponibles, otra pandemia podría tomar al país por sorpresa de nuevo.
“Estamos cometiendo los mismos errores que cometimos con el covid”, dijo Deborah Birx, quien fue coordinadora del equipo de respuesta al coronavirus bajo el ex presidente Donald Trump, en un programa de CNN el 4 de junio.
Para convertirse en una pandemia, el virus de la gripe aviar H5N1 tendría que propagarse entre las personas. La mejor manera de monitorear si eso está ocurriendo es realizando pruebas.
Muchos laboratorios de diagnóstico están capacitados para detectar el virus. Sin embargo, la burocracia, los problemas de facturación y la falta de inversión no permiten aumentar rápidamente la disponibilidad generalizada de pruebas.
Por el momento, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) ha autorizado únicamente la prueba de gripe aviar de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), que se utiliza solo en personas que trabajan cerca de ganado.
Autoridades estatales y federales han detectado gripe aviar en vacas lecheras en 12 estados. Tres personas que trabajan en distintas granjas lecheras dieron positivo, presuntamente contagiadas de vacas infectadas con el virus. Sin embargo, los investigadores coinciden en que hay un subregistro de casos, dado que los CDC sólo han realizado pruebas de detección a unas 40 personas.
“Es importante saber si el virus está contenido en las granjas, pero no tenemos información porque no la estamos buscando”, dijo Helen Chu, especialista en enfermedades infecciosas de la Universidad de Washington en Seattle, quien alertó al país sobre la propagación del covid en 2020 realizando pruebas de manera más amplia.
Informes de trabajadores agrícolas enfermos a los que no se les hizo pruebas y de una partera que tenía síntomas de gripe en las áreas de Texas donde hubo brotes de H5N1 en el ganado sugieren que las cifras son más altas. Además, los síntomas de quienes dieron positivo (tos e inflamación en los ojos, sin fiebre) fueron leves, lo cual indica que las personas infectadas podrían no buscar atención médica y, por lo tanto, no hacerse la prueba.
Los CDC han pedido a los trabajadores agrícolas con síntomas de gripe que se hagan la prueba, pero a los investigadores les preocupa la falta de acceso y de incentivos para estimular a la gente a hacerse el test, sobre todo en personas con baja seguridad laboral y acceso limitado a la atención médica.
Además, al realizar las pruebas sólo en granjas lecheras, los CDC probablemente pasarían por alto las señales de un brote más amplio.
“Es difícil no comparar esto con covid, cuando al principio solo hacíamos pruebas a las personas que habían viajado”, dijo Benjamin Pinsky, director médico del laboratorio de virología clínica de la Universidad de Stanford. “Eso hizo que no reconociéramos de inmediato que el virus se estaba transmitiendo en la comunidad”.
En los primeros meses de covid, la distribución de pruebas en Estados Unidos fue catastróficamente lento. Aunque la Organización Mundial de la Salud había aprobado una prueba y otros grupos habían desarrollado sus propias versiones utilizando técnicas básicas de biología molecular, al principio los CDC insistieron en desarrollar y utilizar su propia prueba.
La primera versión que enviaron a los laboratorios estatales no funcionó, agravando las demoras.
La FDA también se retrasó. La agencia no autorizó pruebas de laboratorios de diagnóstico por fuera de la de los CDC hasta fines de febrero de 2020.
El 27 de febrero de 2020, el laboratorio de investigación de Chu detectó covid en un adolescente que no cumplía con los estrictos criterios de prueba de los CDC. Este caso fue la voz de alarma de que covid se había extendido de manera desapercibida. Ampliar los suministros para satisfacer la demanda llevó tiempo, y pasaron meses antes de que cualquier persona que necesitara una prueba de covid pudiera hacérsela.
Chu señala que no es 2020, ni mucho menos. Los hospitales no están llenos de pacientes con gripe aviar. Además, el país tiene las herramientas para actuar mucho mejor esta vez, dijo, si hay voluntad política.
Para empezar, las pruebas que detectan la amplia categoría de influenza a la que pertenece el H5N1, llamada influenza A, están aprobadas por la FDA y están disponibles. Se realizan de forma habitual durante la “temporada de gripe”, de noviembre a febrero. Si los investigadores detectan un número inusual de resultados positivos en las pruebas de gripe comunes durante la primavera y el verano, podría ser una mala señal.
Sin embargo, es poco probable que los médicos pidan pruebas de influenza A para pacientes con síntomas respiratorios fuera de la temporada de gripe, en parte porque algunas aseguradoras no las cubren excepto en circunstancias limitadas, dijo Alex Greninger, subdirector del laboratorio de virología clínica de la Universidad de Washington.
Este problema tiene solución, aclaró. En el pico de la pandemia de covid, el gobierno obligó a las compañías de seguros a cubrir las pruebas, y fijó un precio atractivo para que valiera la pena para los fabricantes. “En Manhattan, te encontrabas con un centro de testeo cada dos cuadras, porque las empresas recibían $100 cada vez que insertaban un hisopo en una nariz”, dijo Greninger.
Otro obstáculo es que la FDA aún no ha permitido que las empresas realicen pruebas de influenza A con muestras oculares, aunque los CDC y los laboratorios de salud pública sí pueden. En el caso de un trabajador agrícola infectado este año, el virus de la gripe aviar se detectó sólo en un hisopado ocular y no en muestras extraídas de la nariz o la garganta.
Superar estas barreras es esencial para aumentar el testeo de influenza A en áreas ganaderas, dijo Chu. “La estrategia más eficaz sería ofrecer estas pruebas de forma rutinaria en los consultorios que atienden a las comunidades de trabajadores agrícolas”, dijo, y sugirió que también estén disponibles en las ferias estatales.
Mientras tanto, se podrían actualizar las nuevas pruebas que detectan el virus H5N1. La prueba actual de los CDC no es muy sensible ni fácil de usar, dijeron investigadores.
Stanford, la Universidad de Washington, la Clínica Mayo y otros laboratorios de diagnóstico que prestan servicios en los sistemas hospitalarios han desarrollado alternativas para detectar el virus que está circulando. Sin embargo, su alcance es limitado, y los investigadores destacan la necesidad de poner en marcha esfuerzos para ampliar la capacidad de testeo antes de que se produzca una crisis.
“Si esto se convierte en una emergencia de salud pública, ¿cómo asegurarnos de no quedar estancados como en los primeros días de covid, cuando no podíamos avanzar rápidamente?”, dijo Pinski.
Una norma reciente que otorga a la FDA más control sobre las pruebas desarrolladas en laboratorio puede demorar la autorización. Un representante de la FDA le dijo a KFF Health News que, por ahora, la agencia tal vez permitirá que se realicen pruebas sin un proceso de aprobación completo.
Los CDC no respondieron a las solicitudes de comentarios.
Pero la Asociación Estadounidense de Laboratorios Clínicos ha exigido a la FDA y a los CDC más claridad sobre la nueva regla. “Está retrasando el proceso porque aumenta la confusión sobre lo que está permitido”, dijo Susan Van Meter, presidenta del grupo comercial de laboratorios de diagnóstico.
Labcorp, Quest Diagnostics y otras grandes empresas de pruebas son las más capacitadas para gestionar el aumento en la demanda de pruebas, ya que pueden procesar cientos al día, en lugar de docenas. Pero esto implicaría adaptar los procesos de testeo para sus equipos especializados, algo que requiere tiempo y dinero, dijo Matthew Binnicker, director de virología clínica de la Clínica Mayo.
“En los últimos años sólo ha habido unos pocos casos de H5N1 en humanos”, dijo, “por lo tanto, les resulta difícil invertir millones cuando no sabemos qué va a pasar”.
El gobierno podría proporcionar fondos para financiar la investigación o comprometerse a adquirir pruebas al por mayor, tal como en el proyecto Operación Warp Speed, que avanzó el desarrollo de la vacuna contra covid.
“Si tenemos que ampliar el testeo, necesitaríamos una inversión de dinero”, dijo Kelly Wroblewski, directora de programas de enfermedades infecciosas de la Asociación de Laboratorios de Salud Pública. Al igual que una póliza de seguro, el gasto inicial sería mínimo comparado con el golpe económico de otra pandemia.
También son fundamentales otros medios para rastrear el virus H5N1. La detección de anticuerpos contra la gripe aviar en trabajadores agrícolas ayudaría a revelar si más personas se han infectado, y si se han recuperado. Analizar las aguas residuales para detectar el virus podría indicar un aumento de las infecciones en personas, aves o ganado.
Como ocurre con todos los esfuerzos de preparación para una pandemia, la dificultad radica en enfatizar la importancia de actuar antes de que ocurra una crisis, dijo Greninger.
“Definitivamente debemos estar preparados”, dijo, “pero hasta que el gobierno no se haga cargo de parte del riesgo, es difícil dar un paso en esa dirección”.
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